jueves, 14 de abril de 2005

Sim, sim, simuleando


Me llama mi amiga avek, desde las barcelonas, hiperventilando: "prima, tienes que asegioerwefiowdjfsdf niversitarios".

"¿Perdona?"

Avek, no sé cómo se las ingenia pero siempre que me llama lo hace desde el lugar más ruidoso posible y, claro, si a ello le sumamos su acento granaíno, pues como que la comunicación se complica un tanto.

En esta ocasión sonaba como si estuviese plantada en mitad de la M-30, o del equivalente barcelonés a la m-30, que no sé cuál será.

"Que digo que tienes que agenciarte pero YA los sims universitarios".

"Sielos".

Tengo que empezar por decir que mi nombre es Fridwulfa y soy adicta a los Sims. Desde que los descubriera mi rendimiento laboral ha descendido, mis horas de sueño se han reducido y la calidad de mi alimentación se ha vuelto totalmente nula ya que en vez de cenar opto por comer galletas frente al ordenador, con tal de no perder ni cinco minutos de juego.
En esta adicción me acompañan la Mari y Avek, con las que intercambio noticias, comentarios, trucos e impresiones generales, con la diferencia de que ellas ya se han pasado al Sims2 y yo sigo con los primeros y originales Sims.

"El SIMS2 es muuuucho mejor", me dice la Mari "pásate ya".

Pues eso es lo que me temo, que sea mucho mejor y entonces... Adiós trabajo, adiós horas de sueño, adiós alimentación... adiós vida social y para cuatro veces que salgo al mes...
Y ahora va a la avek y me llama, tentándome, chichándome... Bueno, en realidad se ha pasado quince minutos hablando sin cesar sobra las maravillas de los Sims Universitarios, mientras yo intercalaba los típicos "oh", "ah", "no me digas", "caramba" y trataba de vaciar mi mente de posibles imágenes del juego, que me conozco y a viciosa no me gana nadie.

Me resisto a caer en la trampa, inicio un proceso de desintoxicación y consigo no jugar durante dos días seguidos y ayer, me llama avek de nuevo "¿Qué, los tienes ya?".
Y yo me hago la tonta... "si es que no he tenido tiempo, mucho curro, pufff, mucho lío, ya tú sabes mi amol".

Pero Avek es incansable y promete llamarme hoy de nuevo a ver si los tengo ya y si no, mañana o al otro y yo, que me sé débil, decido no luchar.
Esta misma tarde bajo a la tienda... y me cambio de móvil.

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