lunes, 25 de abril de 2005

Mein Name ist Paco


"¿Cómo te llamas?"
"Paco"
"Guat is llor neim?"
"Paco"

La que pregunta es una de las cuidadoras y encargada del show de los loros en el Loro Parque de Tenerife, el que responde un fantástico loro multicolor con una sorprendente habilidad para los idiomas, desde luego mucha más que su cuidadora que ni ponía ganas ni competencia lingüística en la tarea.

"En el equipo amarillo, Marcos. En el equipo Rojo, Paco. Vamos a animarles, vamos a hacerlo así, todas las mujeres que animen a Marcos y todos los hombres a Paco, cuando cuente tres les animáis bien fuerte..."

Y para que nadie se quede de convidado de piedra, aclara:
"ol de gumens güiz Marcos, ol de mans güiz Paco".

"Este es Pipo, tiene 3 años... Is Pipo gi jas ciri yiars ol"

Menos mal que los angloparlantes tiene mucha imaginación.

Los del Loro Parque imaginación más bien poca. De entrada te detienen junto a dos loros multicolor y te obligan a hacerte una foto con ellos, quieras o no, para, a continuación, darte un plano y dejarte explorar los alrededores a tus anchas.

"Hablemos en inglés" dice Carlos, que observa con cierta guasa los problemas del fotógrafo para explicarle a un matrimonio de británicos que la foto "is obligatory".

Llegado nuestro turno, el ayudante del fotógrafo nos ofrece los planos. "English, english, thank you very much" dice Carlos, en un inglés impecable pero con cierto deje argentino.

Nadie parece percatarse del choteo que nos traemos. Posamos para la foto -de incógnito, of course- y nos adentramos en la espesura sorteando damas con sombrillas de colores, tiesas, serias, encargadas ellas de la difícil tarea de liderar a los grupos organizados. A mí, no sé por qué, me recuerdan a Glynis Johns en Mary Poppins y casi temo que se arrenquen de pronto a cantar eso de "Well done, sister Suffragette!"

"Je parle français" digo, una tanto celosa de la demostración de Carlos y así, conmigo farfullando en el idioma de Molière y Carlos en el de Shakespeare, avanzamos entre cotorras. Carmela nos guía muerta de risa.

"Parecemos una delegación de la ONU".
"Das ist kafkaist und Ich have mein henne verloren" añado yo y me quedo tan pancha. El alemán que me precede en la cinta transportadora del pingüinario me mira de refilón con cierta sorpresa mientras continúa sacando fotos con el flash, ajeno a las peticiones angustiadas de los encargados: "KEIN BLITZ, KEIN BLITZ!"

"Achtung, achtung ¿El del lorito japonés lo conoce?" Me dan ganas de preguntarle pero, afortunadamente, me contengo a tiempo.

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