"Gracias, gracias" me responde Charlie.
"No, pero lo digo en sentido literal ¡viva la madre que te parió!" insisto yo.
Y mientras reitero mi admiración por ella, la madre que parió al Charlie, me deleito observando las vituallas que nos ha traído a la oficina.
"Es que, a partir de ahora, tenemos catering privado los miércoles" aclara Charlie "se lo he encargado a mi madre, que ya está bien de comer de bocadillo día sí y día también".
Y su madre ha aparecido algo antes de las 2 de la tarde, justo cuando las tripas empezaban a protestar, cargada con ensalada, cuscús y fruta para todos, convenientemente divididas en raciones individuales y listas para su consumo.
Un festín que nos hemos dado en la oficina y esperando estoy a la hora de la merienda, porque también ha incluído uno de sus reputados y codiciados bizcochos...
¡Te queremos, Mecha!
2 comentarios:
Si es las madres es lo que tienen que cada una en lo suyo son únicas.
las madres ajenas me miman, si.
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