¡Cuánto vale, Vale! Esta noche me ha enviado vía messenger esta caricaturilla que me ha hecho, así, porque yo lo valgo que diría Alex Corretja.
Y yo me he emocionado toa porque estas cosas me encantan y Ana ha expresado muy audiblemente su envidia cochina porque ella "también quiere uno" y yo he procedido a subir la imagen al blog, que es como mi antigua pared de la fama, la pared de mi vieja habitación en la que acababa todo aquello que consideraba yo digno de ser expuesto y donde, curiosamente, nunca hubo foto alguna de mis exes, de ninguno de ellos, exceptuando, claro, a un ligue veraniego cuyo teléfono perdí nada más volver a Madrid y al pimponero playero, que no es ligue, ni es ex, ni es actual, pero como si lo seriese.
Ahora ya no tengo pared de la fama, porque me he mudado, pero tengo blog que es mucho mejor, porque las cosas no cogen polvo, ni se me caen las chinchetas encima de la cama cuando menos te lo esperas y más vulnerable eres y además puede verlo mucha más gente porque, al contrario que por mi habitación, por aquí se pasan unas 70 personas al día.
¡Queda, Valeria, queda!
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