Desde que Walter y yo nos picáramos mutuamente en esto de los blogs, hemos ido convirtiendo a la causa, cual misioneros en tierra de salvajes, a todo el que se nos ponía a mano -o a tiro de MSN en ciertos casos-.
El último en rendirse a nuestros persuasivos métodos: none other que el boss, nuestro único y genuino Charlie.
Para aquellos interesados en leer lo que se le pasa por la cabeza, ya podéis ir a la sección de links y buscar a "Jon Spott y la fábrica de publi".
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