"Oye ¿qué te pasa que hace unos días que no escribes ná?" me comentan esta tarde.
"Pues que ando de exámenes y más liada que la pata un romano, eso me pasa, a ver si esta noche me da tiempo a subir algo"
"¿Eso es que has estado trabajando por un casual?" -cachondeíto habitual entre todos mis lectores-
"Pues va a ser todo lo contrario, eso es que no he pisado la ofi, porque es allí donde más lo actualizo. El entorno, que me inspira más".
"Menos mal que Charlie te paga igual"
"Charlie, bonita, me paga por trabajo realizado, así que... si no curro, la que sale perdiendo soy yo, él siempre puede pasarle el trabajo a otro."
"También es verdad"
"Pues eso"
"Bueno ¿pero actualizas el blog, sí o no?"
"Que sí, que sí, que lo actualizo, no te preocupes"
"Pues ya estás tardando"
Ahí es cuando la conversación ha empezado a preocuparme, porque este adicción a la palabra escrita -la mía, mi palabra- empieza a bordear la talibanez y eso sí que no, por ahí no paso, que este blog tiene fines terapéuticos, debe relajar y no crispar, provocar sonrisas y no ríctuses.
¡Díos mío, he creado monstruos!... pero con un gusto exquisito, conste.
4 comentarios:
Me adhiero al club de fans. Anoche estuve de guardia, y me dió el mono. No pude conectarme y leer tu aportación del día. Qué estrés.
Jejejejeje. Puedo añadirte para que te llegue un mail con los textos cada vez que actualice.
Sí, sí, sí, sííí... Gracias, prima!
Ten cuidado con lo dices que por menos de mi a colgado un articulo entero y encima me llama capulla.
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