-"Joder, qué asco, qué cantidad de gente ¿pero qué cojones hace todo el mundo aqui? ¿es que no tienen otro sitio dónde ir? Venga, todos como gilipollas a la Puerta del Sol. ¿No se podían quedar todos en su casa, cojones? La mierda la gente... todos como borregos en el mismo sitio"
El tipo camina detrás de mi por la Puerta del Sol el sábado, a eso de las 8 de la tarde, es decir, en plena hora punta, y suelta semejantes lindezas a su sufrido acompañante que asiente sin abrir la boca, un tanto intimidado.
-"Míralo, si es que está esto petado ¡qué asco, joder! ¿Por qué cojones vienen todos aquí?"
-"¿Por qué cojones viene usted, caballero?" estoy en un tris de preguntarle, pero veo el 20 en la parada y corro para no perderlo y dejo al tipo despotricando en voz alta y cruzando en dirección al Oso y el Madroño.
Y esta anécdota, no sólo es verídica, sino que además es cierta.
2 comentarios:
Una pregunta indiscreta: la anécdota que narras, aparte de ser verídica y además cierta...¿por casualidad no será también absolutamente real?
Total y absolutamente real. Qué cosas ¿no?
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