Si siguiera entre nosotros, Tyrone Power celebraría hoy, 5 de mayo, su 92 cumpleaños.
Este moreno de ojos negros en tierra de rubios con ojos azules, fue, junto a Errol Flynn, el rey de las películas de espadachines de la época.
Murió pronto y, casualmente, en Madrid, de un ataque al corazón mientras rodaba "Salomón y la Reina de Saba" de King Vidor. Su papel lo retomó Yul Brynner, con pelucón y perilla, que la vida sigue y la máquina hollywoodiense ni te cuento.
De él, de Ty como le llamaban los amigos, dijo una vez Sophia Loren que era su hombre ideal.
Este Señor (con mayúsculas lo escribo) de las películas de aventuras con héroes románticos, se reía un tanto, en sus últimos años, de las producciones de programa doble que lo habían llevado a la fama y reconocía que había hecho muchas cosas que eran "un monumento a la paciencia pública".
"Estoy harto de todos esos papeles de caballero de brillante armadura, quiero hacer algo que merezca la pena, como obras y películas que tengan algo que decir" comentó en cierto ocasión.
Yo me preguntó qué nos habría deparado Tyrone Power como actor en sus años maduros, pero reconozco, como cinéfila, que tal vez fuera una suerte que ese infarto le impidiera terminar la película que rodaba en estas tierras porque, lo siento Mr. Vidor, "Salomón y la Reina de Saba" no es precisamente un monumento al buen cine, sin embargo, su última película rodada y enlatada sí.
¿O acaso exagero cuando hablo así de "Testigo de Cargo"?
Sea como fuere, Happy birthday, dear Ty.
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