viernes, 15 de abril de 2005
Yo osmotizo, tú osmotizas... nosotros osmotizamos
Hablo con mi amiga la Mari, que anda todos los fines de semana por los toledos y me anima a que me baje uno de estos días a comer con ella "total, que desde Madrid no se tarda nada".
"Además" añade "así conozco a Ulises".
Ulises es mi recién adquirido coche. Un vw golf gti 2.0 negro molto bello, al que he bautizado "Ulises" por razones que son demasiado largas de explicar.
Bautizarlo no estaba entre mis prioridades cuando llegué con él a casa, pero como todo el mundo me preguntaba eso de "¿tiene ya nombre?", "¿cómo lo has llamado?"... pues acabé cediendo a la presión popular y con Ulises se ha quedado.
El caso es que para la presentación en sociedad toledana de Ulises aka "el cuclillo veloz" decido que tiene que llegar en todo su esplendor "lo lavaré el viernes, para que lo veas reluciente", le digo a la Mari.
"No, no, no, no lo laves"
"Que está muy guarro, prima"
"No, no, no, que lo llevamos a un sitio que hay allí al lado que está muy bien".
"Bueno, vale, a mí lo mismo me da"
"Es que te lo lava con agua OSMOTIZADA".
¡Ahivalahostia! ¿Y eso qué es lo que es?
"Pues un agua estupenda que deja el coche mucho bien, escoscao y brillantísimo"
Yo acepto lo que me dice y corro al google a buscar información sobre el agua mágica esta.
Dos días después sigo como estaba, no he averiguado qué coño es el agua osmotizada, excepto que se usa en jardinería y en el lavado de coches (cosa que ya sabía).
Pero para mi horror descubro que aguas, hay muchas.
Además de las potables y las menores, que son las que yo era capaz de identificar hasta el momento, encuentro la siguiente clasificación:
agua desmineralizada (lo contrario de lo que predicaba super ratón "no olviden supermineralizarse...")
agua descalcificada (la ruina de Calgón)
agua desionizada (¿?)
Y la mejor de todas:
agua contraincendios (y yo que pensaba que la del grifo valía...)
Cierro el google, abrumada ante tanto dato y recordando aquella canción A little knowledge is a dangerous thing.
No sé yo si optar por el sistema de toda la vida y bajar esta tarde al garaje con cubo y esponja en ristre o esperar a mañana al novedoso tratamiento de belleza osmotizado.
Lo que sí sé es que, a partir de ahora, "claro como el agua" ya no tengo nada.
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