Todo comenzó allá por el mes de febrero con un viaje por emergencia familiar a Asturias. Como la ida corría cierta prisa descarté autobús y tren y opté por comprarme un billete de avión y ahorrarme cinco horas de viaje. La compañía elegida: Spanair.
La verdad es que por tiempo y dinero, casi me habría salido más a cuenta irme en autobús porque el avión salió de Madrid algunos minutos más tarde de la hora a la que se supone tendríamos que estar aterrizando en Asturias.
Sentados en la máquina voladora, esperando que aquello se pusiese en marcha de una puñetera vez, los pasajeros nos mirábamos desconcertados e incómodos, con los cinturones de seguridad puestos, obligados a permanecer sentados sin poder ir al baño o darnos al güisqui de catering.
Mi hermana y yo, separadas por seis filas de butacas, nos mirábamos con cara de circunstancias mientras tratábamos de localizar a mi madre en el móvil para decirle que nos esperara sentada que la cosa estaba complicada.
Llegar, llegamos y Spanair nos obsequió con un fantástico bono-descuento del 25% para nuestro próximo billete "Garantía de puntualidad" lo llaman.
"Pa'l viaje a Tenerife, prima" me dijo mi amiga Carmela cuando se lo contaba dos semanas más tarde. "Y búscalo ya porque te caducará en dos meses".
Abril 2005, super oferta de Spanair a Tenerife más bono-descuento garantía de puntualidad y Fridwulfa que se embarca a las Canarias.
Subimos al avión en Barajas y, de nuevo, nos toca esperar amarrados.
"Buenas tardes, les habla el comandante Palacios. Debido a cuestiones técnicas de última hora, nos vamos a retrasar ligeramente sobre el horario previsto. Los asistentes de vuelo pasarán a continuación entregándoles un bono-descuento del 25% para su próximo viaje con Spanair gracias a nuestro programa Garantía de Puntualidad".
"Garantía de impuntualidad, querrá decir" y me deshago en carcajadas ante el estupor de mi vecina de asiento.
1 comentario:
Viva Spanaiiiiiiiiirrrrrr. Besos primi!!! Carmela
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