viernes, 29 de septiembre de 2006

Un día de furia...

Todos sabemos que el gallego impasible es... eso, impasible. Nada le afecta, jamás le he visto enfadado (y le conozco desde hace ocho años) y su capacidad de concentración es largamente envidiada por todos los de esta oficina.

Por eso nos hemos extrañado tanto esta mañana... Estábamos Walter y yo en el despacho de Charlie babeando con la edición del anuario del Club de Creativos cuando hemos oído a alguien gritar en la otra habitación. Al asomarnos hemos descubierto, anonadados, al gallego impasible asomado al balcón y soltando imprecaciones a voz en grito en dirección a la calle.

En dirección, hemos descubierto después, de un gilipollas montado en un Audi4 y con un sospechoso parecido a Kiko Matamoros, que tocaba el claxon insistentemente bajo nuestro balcón.

Así que, en vista del panorama, hemos hecho lo único que podíamos hacer: hemos relevado al gallego no-tan-impasible en el balcón y hemos hecho turnos para insultar al calvo.

3 comentarios:

alcaper dijo...

Qué asco me dan estos mamarrachos que se dedican a tocar el claxon a la mínima ocasión. Pero si encima es un tipejo de estos que viven de la basura ajena y/o de la gente basura ya es doble motivo para matarlo.

fridwulfa dijo...

Pues no, no era Kiko Matamoros, pero podría haber sido su doble, desde luego, misma cara de asco y todo.

Un gilipollas redomado.

averia dijo...

Jamari: nos salengranos de volver a leer tus crónicas de "loca oficina...". A ver si te desocupas y pillas ritmo, que es lo que tiene mal acostumbrar al personal. Yo estoy en ello, aussi...