11 p.m. Fridwulfa y su compañera de piso -la dulcérrima Anita- ven Hospital Central repantingadas en sendos sillones.
El capítulo, para no variar, es de lo más escabroso y supongo que eso explica el que Ana, que a estas horas suele estar en estado comatoso, ande algo más espabilidad de lo normal.
En pantalla, una chavala a la que ha coceado su caballo de mala manera y a la que han tenido que amputar la pierna se lamenta...
-"Mi caballo, mi caballo"
-"¿Sabes?" le dice el médico "yo también tuve un caballo"
Y Ana se medio incorpora del sofá: "sí, claro... que levante la mano todo el que tuvo alguna vez un caballo... ¡pues va a ser que no!"
La pobre chavala llora en pantalla, asumiendo por primera vez el trauma vivido.
-"¡Quiero mi pierna, quiero mi pierna, quiero mi pierna!"
Desde el sofá oigo la voz de la dulce Ana: "pues que se la den en un tupper"
Llegan los anuncios y yo, con las piernas todavía flojas por la risa, me asomo a su dormitorio a ver si encuentro la vaina gigante de la que ha salido este clon-extraterrestre de mi compañera de piso.
-"Cuando empiece otra vez me avisas".
-"Sí, sí" me dice Ana y se queda frita en el sofá.
-"Ya me parecía a mí... "
La serie continúa, Ana abre el ojo de nuevo y afila la lengua. En pantalla, Vilches, recuperadísimo de su operación a vida o muerte y de su coma posterior, da gruñidos a diestro y siniestro.
Ana me mira con ojos esperanzados: "Oye, éste todavía se puede morir ¿verdad?"
-"Bueno, ya está bien, vade retro Satanás ¿quién eres y qué has hecho con mi amiga?"
2 comentarios:
Es que ver ciertas cosas le despierta a uno todo lo malo que lleva dentro ;-)
Eso es lo malo de las teleseries dramáticas españolas. En versión yankee quedan muy apañadicas porque los pobres muchachoides norteamericanos se lo creen todo y gustan de agitar la banderita mientras untan palomitas en la mantequilla. Pero claro...se lo pones a un españolito de pro y se descojona.
Nunca debimos salir de Starsky y Hutch. Te lo digo yo.
Publicar un comentario