lunes, 14 de noviembre de 2005

Una de cartas certificadas

Me envía un mensaje al móvil mi tía y hada madrina:

"Te ha llegado un certificado de CAM"

¿De la Caja de Ahorros del Mediterráneo? Y empiezan a sudarme las manos, porque los certificados nunca traen nada bueno y si encima son de un banco, menos todavía. Y tal es mi estado de pánico que todavía tardo unos segundos en darme cuenta de que yo no tengo cuenta alguna en la Caja de Ahorros del Mediterráneo y, por lo tanto, difícil será que quieran embargarme, bloquearme la nómina o incluirme en listas diversas de morosos.

Y entonces hago lo que tenía que haber hecho al principio y llamo a mi tía.

"Oye ¿un certificado de quién?"
"De la Cámara de Comercio"
"Ostras..."

Y entonces recuerdo que hace unos días ya recibí una bonita carta de la Cámara de Comercio de Madrid informándome de sus elecciones y de mi inalienable derecho al voto en las mismas.

"Pues ábrela a ver qué dice" digo con el corazón en un puño, porque ya me veo el domingo que viene sentada en una silla-potro-de-tortura, haciendo de vocal en la mesa electoral de turno, recogiendo los votos de Fefé, Florentino Pérez y demás ralea. "VOTA"

Y mi tía regresa al teléfono y me lee el dichoso certificado.

"Atendiendo a la reclamación..."

"¿Qué reclamación ni qué niño muerto?"

"Y debido a un error informático de trasvase..."

"Mira, como el Ebro"

"... de datos. Le informamos de que ha sido usted borrada de nuestra base electoral en la que fue incluida por error y porque andamos algo torpes últimamente con el access... Ea, a cascarla"

Yo con palpitaciones y la culpa, como siempre, de Bill Gates.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, cada vez que la informatica se acerca a ti pasa algo.... XD

fridwulfa dijo...

calla, calla, no me lo recuerdes.