jueves, 12 de febrero de 2009

Ah, las calles de Madrid...

Cualquiera que sea capaz de manejarse por las calles de Madrid y llegar intacto/a a su destino final, merecere clasificarse automáticamente para la prueba de los 2.000m obstáculos de los Juegos Olímpicos.

A los adoquines-trampa, zanjas de luz, zanjas del gas, zanjas de telefonía, zanjas del Canal de Isabel II, charcos traidores, bordillos mal rematados y alcorques peor conservados hay que sumar la cantidad de detritus y porquería que adorna nuestro suelo. Porquería que, en el mejor de los casos, se pega a la suela y te hace arrastrar más porquería todavía, y en el peor de los casos, además de añadirle cualidades adhesivas a las tapas de tus zapatos nuevos, suele acompañarlas de un maravilloso tufo a entraña canina difícil de eliminar durante horas.

Hoy, desgraciadamente, he descubierto que hay algo todavía peor que torcerse el tobillo con una baldosa mal rematada, plantar el pie sobre un chicle o resbalar con una mierda de perro...

Pisar un mini-babybel au naturel (es decir, sin el cerumen rojo protector)



No seguiré describiendo el numerito que he montado en mitad de la calle, pero sí os diré que lamento profundamente que este quesito repugnante no existiera ya en los tiempos de Buster Keaton, porque estoy segura de que habría hecho maravillas con él en cualquiera de sus películas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado eso de "au naturel"

jejjeej.

Nunca me han gustado esos quesos, ni en la boca, ni bajo la suela.

la primi dijo...

Ains pobre! Me imagino que has conseguido no aterrizar y mantener el equilibrio (y la dignidad), besitos!
PD: A mí si me gustan los MiniBabybel, jejeje

Anónimo dijo...

Normal que te lo encontraras en el suelo. Mira lo que hacen sus comerciales:

http://www.youtube.com/watch?v=cEdk49rG-xs

IVAN REGUERA dijo...

Mu ricos, me gustaba la cesta que me ponían en navidades, repletita de minibabibeles de estos.