En casa era mi abuela y no mi madre la que nos decía aquello de "lleva siempre ropa interior limpia, porque si algún día te pasa algo y te tienen que llevar al hospital..."
Sabios consejos que una suele desoir porque, no nos engañemos, cuando te independizas sueles poner la lavadora cuando ya no te queda ropa interior que ponerte y, por supuesto, de sentarte pacientemente a remendar bragas, nada de nada.
De modo que siempre hay un día o dos del mes en el que usas las bragas esas que tienes hace mil años, que no te pones nunca porque destiñeron hace siglos y ya no se sabe si son blancas, rosas o azules, si eran lisas o estampadas. O tal vez optas por aquellas otras modelo Bridget Jones que te compraste en una emergencia en un baratillo de pueblo por que sólo costaban 150 pesetas y con las que ni muerta te gustaría que te cazaran porque además de parecer la piel disecada de una ballena, tienen la goma rota y te llegan hasta el sobaquillo.
De momento sólo he tenido que ir a Urgencias dos veces en mi vida y en ambos casos, casualidades de la vida, estrenaba ropa interior, pero ayer me acordé una vez más de mi abuela y sus sabios consejos.
Siguiendo con el complejo éste de transportes-puerta-a-puerta-Fridwulfa, me ofrecí para recoger a mi tía en la estación de Atocha, y tras mucho discutir con ella la convencí de que, efectivamente no me costaba nada acercarme, que el coche se quedaba en el parking, que para eso está, que no tenía nada mejor que hacer a esas horas de la noche y que para algo me había comprado el buga, demonios.
Así que toda convencida, a las 9 de la noche cogí el coche y me dirigí a Atocha, pensando que si se me daba bien el tráfico podía aprovechar y darle un manguerazo en la estación de servicio que hay frente a la estación, porque el pobre lleva un mes durmiendo en la calle y se ha convertido en el cagadero predilecto de toda la población aviar de Moratalaz.
El tráfico se me dio mal, como era de esperar, y llegué a mi destino con el tiempo más bien justo para dejar el coche en el parking y localizar la vía por la que llegaba el tren de Cádiz.
Con lo que no contaba tampoco, era con una larguísima cola de coches para entrar en el aparcamiento.
Sorprendida e intrigada, avancé despacito, poco a poco, hasta que descubrí el motivo del atasco.
En la puerta del parking, un encargado de seguridad revisaba, uno a uno, los maleteros de todos los coches que pretendían aparcar. ¡Horror!
Los maleteros de los coches son, en mi opinión, como los bolsos de las mujeres, definen claramente nuestra personalidad y su contenido es tan personal como íntimo.
Cuando me llegó el turno, le tendí las llaves con un "el maletero está cerrado". El hombre miró con cierta repugnancia el coche, abrió el maletero, rebuscó en su interior y regresó junto a mi ventanilla con cara de póker, limpiándose las manos en los pantalones.
- "Tenga, no olvide cerrarlo cuando aparque."
En fin, que a mí no vuelven a pillarme en otra de éstas. Esta mañana ha tocado limpieza de maletero, entre sus contenidos: Una garrafa de cinco litros de aceite puro de oliva que me dió mi hermana ayer y que aún no había subido a casa; cinco bayetas mágicas sin estrenar y un spray limpiacristales que, como evidencia el estado de mi coche, sólo he utilizado una vez; cuatro bolsas del carrefour vacías y rotas; un mapa de Ávila de 1982, desteñido y acartonado, que se dejó el anterior propietario; unas sandalias mugrientas pero comodísimas que llevo en el maletero por si los zapatos me hacen daño y no me dejan conducir con comodidad; un pantalón roto de hombre, al que le falta una pernera, que supuestamente he reciclado para trapos -cortesía de mi amigo Pablo- y un tubo de vaselina.
Y eso sólo entre los contenidos confesables... os podéis hacer una idea.
8 comentarios:
si es como cuando sales de casa pq no tienes más remedio, vas a volver en cinco minutos que se te puede hasta cronometrar y decides salir tal y como estás (que porque uno no usa rulos que si no) y te encuentras justo en la puerta de tu casa a tu 'amiga' la que dice las verdades sobre el tamaño de nuestro culo, etc (normalmente a otros) y/o a la persona por la que suspiras y que jamás en la vida te ha visto de otra manera que maravillosa...
Eso les pasa a los de Atocha por cotillas.
Mientras no lleves trampas para avispas con carne cruda medio corrompida, no te detienen.
(it's a true history, como en Antena 3).
Pues no, pero sé de uno que se fue de vacaciones y se olvidó de retirar del maletero del coche de sus padres tres fardos de cocaína falsa que habían utilizado en el rodaje de un corto. Y te aseguro que le costó mucho, pero que mucho tiempo convencer a sus padres de que no llamaran a la policía y de que el contenido de aquellos abultados fardos era tiza.
todo un mundo los maletros y los coches! con lo desastre y desordenada que soy yo, ya puedes imaginarte como está el mío.
Hace poco mi jefa me pidió que la llevara a un sitio y sólo subir mira a su puerta y dice ai! mira! si llevas el vaso de cubata aquí con las cintas de k-sete!
Me quedé blanca, y de reojo empecé a ver barbaridades.. un vaso de kk-cola por aquí, bottelitas pago de naranja (me encantan!) por allá, alguna latilla de birra, papaeles... y el maletero pq no lo vió...
Que risa con la frase del día firmada Ellen DeGeneres.
GENIAL!!!!
Bisous.
Yo sé de uno al que una vez pararon los munisipales en Madriz y al abrir el maletero llevaba una motosierra de tamaño respetable... Y en otra ocasión llevaba una colección (ajena) de espadas de plástico (bueno, armas blancas en general.... )...
Y sobre lo de los calzoncillos que trasparentan por los by-abductores o directamente tienen ventilación forzada, pues queda la contestación ruda:
"Madre... espero que si me tiene que atender el SAMUR, el médico esté más pendiente de taponarme la aorta que de zurcirme los calzoncillos.... "
Claro que desde que sabe que frecuentemente voy por ahí "a lo comando", pues ya no objeta a los bujeros...con tal de que lleve carchonchelos....
Ehm... ¿vaselina?
0:)
Vaselina, sí, vaselina. Y aunque no lo creáis está en el coche porque es para el coche. Aunque reconozco que su presencia en el maletero puede sorprender un tanto. Ea, ahora, por curiosos y malpensados (que lo sois) no os digo para qué es.
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