viernes, 8 de julio de 2005

El ojo que todo lo ve


Dudo mucho que nadie haya querido subirse hoy a esta fantástica y futurista noria desde cuyas cabinas, una vez que llegan al punto más alto, se puede ver toda la ciudad tal y como deben de verla las gaviotas que sobrevuelan el río junto al que se yergue.

Desde ahí arriba, hoy, lo único que se habrá visto es, estoy segura, el dolor, el miedo, la incertidumbre y la sensación de irrealidad con los que se viven esos actos de salvajismo que la prensa y los políticos denominan "ataques terroristas".

Londres está de luto y con ella gran parte del mundo que ha vivido y compartido en casi directo su dolor y su, por qué no decirlo, sorpresa.

En Madrid sabemos, desgraciadamente, por lo que están pasando, sabemos que muchos de ellos estarán ahora preguntándose una y otra vez "¿por qué aquí? ¿por qué esto? ¿qué hemos hecho nosotros?".
Tristemente, no hay respuestas ni explicaciones para lo ocurrido, desde luego no nos sirven las que esgrimirán los animales fanáticos que andan detrás de lo ocurrido y para quienes la vida no tiene el más mínimo valor.
Lo que sí podemos decir, con seguridad y confianza es que ellos son pocos y cobardes y por mucho que lo intenten y se empeñen no se saldrán con la suya, sea lo que sea lo que persiguen.
Ellos son pocos y cobardes y a nosotros no nos queda más que compadecerlos, sí, compadecerlos, porque alguien que vive su vida envenenado por el odio y la amargura y con la muerte como máxima celebración no es más que un pobre desgraciado digno de toda nuestra compasión.

Así que ahora, en este momento de estupefacción y de ojos abiertos por el espanto de lo vivido hoy en Londres aprovecho para enviar todo mi apoyo y cariño a esa ciudad que tanto amo.
Señores, señoras, un brindis:
Por la vida.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me apunto al brindis, y que pongan otra ronda...

AGS dijo...

Pues sí, pocas "aportaciones chisposas" se pueden hacer a lo que ha pasado en Londres el día de San Fermín. Creo que a todos los que vivimos en Madrid se nos han pasado de nuevo (¿cuántas veces van ya Dios mío?) por la cabeza nuestras imágenes personales de un 11 de marzo. Y encima los que conocemos Londres, pues mucho peor.

Me apunto a esa ronda por la vida.

Anónimo dijo...

Por la vida, por la paz y por nosotros que intentamos disfrutar día a día sin hacer daño a nadie.

Anónimo dijo...

Cheers

Anónimo dijo...

Por la paz, la libertad y el amor, larga vida a todos...

IVAN REGUERA dijo...

Chapó por los bobies, la prensa y la gente de London Town (your kind of town, Frid) porque han hecho que el terror sea menos terror gracias a esa pulcritud tan de los hijos de la Gran Bretaña.