Con esto de que estamos en la oficina de los desastres, nuestra rutina de trabajo se está viendo un tanto alterada.
Exceptuando el despacho de Charlie, en el que nos agolpamos todos, el resto del local está en obras, pero en obras OBRAS, de modo que es complicado mantener un mínimo de orden y limpieza aquí porque el polvillo maldito se cuela por todas partes.
- "Habría que traer un felpudo para poner aquí, a la entrada de tu despacho, porque estamos dejándolo perdido de huellas" le propuse el otro día.
Charlie cumplió y trajo el felpudo y no fue lo único que trajo.
- "No, no, esas facturas no valen, no valen, no. Además el logotipo está mal, las dimensiones no son las correctas..." Charlie habla por el móvil. Charlie, cuando habla por el móvil, tiene la costumbre de ponerse de pie y moverse. "Pues pincha con el derecho, verás un circulito, eso te permite... no, no, si es sólo ajustar las dimensiones del logo... redondo, el logo tiene que ser redondo ¿no lo ves?"
Charlie insiste en sus explicaciones por el móvil. Cuando me giro para observarlo me lo encuentro de pie, en el centro de la habitación, con el móvil encajado entre el hombro y la mejilla izquierda; en la mano derecha sostiene una escoba con la que barre enérgicamente el despacho.
Si es que este chico... Lo mismo para un roto que para un descosido.
1 comentario:
Apañao mu apañao
Publicar un comentario