¿Mi película favorita?

Luthier nos cuenta en su blog cuales son sus 10 películas favoritas no pertenecientes al género de la comedia. Es una buena lista, la suya, de las 10 que propone soy gran fan de 8 de ellas, aunque tal vez ninguna entrara en mi propia lista.

Mi lista... por un momento me he puesto a pensar cuáles serían mis 10 elegidas y, sinceramente, he sido incapaz de llegar a ninguna conclusión. Tengo muchas película favoritas, pero no puedo restringir la lista a sólo 10 de ellas. Ni siquiera soy capaz de elegir UNA película, de decidir cuál es mi película favorita. No puedo porque hoy tal vez diga "Historias de Filadelfia" y mañana probablemente opine que "Ni un pelo de tonto", para desdecirme tres días más tarde eligiendo "El hombre tranquilo".

Sí puedo decir qué películas son especiales para mí, cuáles considero perfectas, cuáles me han influído en un momento dado e incluso cuáles he redescubierto años después de verlas y de que no me causaran gran impresión.

De entre todas ellas hay una, una en concreto, que siempre he considerado mi película comodín. Los que me conocen bien probablemente ya sepan de cuál hablo porque no es ningún secreto, no es mi película favorita, no es la que más me gusta, no es, en mi opinión, la mejor película de la historia del cine (aunque, si se pudiera hacer tal afirmación, ésta no le andaría muy lejos) pero sí es una de las películas que me convirtieron en amante incondicional del cine y, al cabo del tiempo, en aspirante a profesional del medio y es, desde luego, la película que más veces he visto en mi vida, hasta el punto de que puedo recitar los diálogos de memoria, tanto en español, como en inglés.

La vi por primera vez en el cine, en pantalla grande, en un ciclo especial con reposiciones que organizaron en el tristemente famoso cine Bilbao de Madrid. Me llevó mi tía, convencida de que me gustaría, y acertó, aunque con mis escasos 5 años probablemente no me enterara de la misa la media. No me enteraría de todo, pero las imágenes de la peli me acompañaron durante mucho tiempo, hasta que volví a verla en televisión y se convirtió en una de las primeras películas que grabara con nuestro primer vídeo VHS, hace algo así como 20 años.
Aquella cinta murió de agotamiento al cabo de poco tiempo, como suele suceder con todas las cintas que uno pone incesantemente. Unos años más tarde, se convirtió en la primera cinta VHS que compré en versión original. Todavía la conservo, algo menos baqueteada que su predecesora, todo sea dicho, pero bastante pasadita también.

Desde aquella "primera vez" he vuelto a verla en cine en varias ocasiones, la primera de ellas en VO en la Filmoteca, en un pase homenaje cuando murió su protagonista; la tengo en un dvd lleno de extras maravillosos y, durante mucho tiempo, formó parte de una pequeña tradición consistente en verla a altas horas de la madrugada cada vez que me quedaba sola en casa.

Es mi película comodín, como ya he dicho, porque me parece el mejor tratamiento anti-stress y antidepresivo existente. Al más mínimo signo de agobio, de bajón o de desesperación, me busco un par de horitas libres y la veo, a los cinco minutos de metraje ya estoy sonriendo de oreja a oreja y para cuando ha terminado soy la reina del buen rollito.

¿No os pasa lo mismo a vosotros?