Charlie se nos ha ido de vacaciones. Me quedo al mando de la nave durante el mes de agosto(jejeje), ya lo hice el año pasado, pringada que es una.
El gallego impasible, que es un hombre listo, a la par que callado, hizo la jugada maestra allá por enero de reservarse el viaje de vacaciones del 1 de agosto al 1 de septiembre, sin consultar compatibilidades ni disponibilidad de nadie más, y ahora mismo anda por Tailandia, disfrutando de las playas y la arquitectura local.
Así que aquí estamos Walter y yo, Walter recién llegado de la playa, negro como el carbón y cargado de tabletas de chocolate de sabores exóticos, y yo... harta de Madrid, blanca como la tiza y deseando que llegue el mes de septiembre, que vuelva Charlie y que me den una semanita libre para poder desaparecer del mapa sin complicaciones.
Charlie se nos ha ido de vacaciones. A Argentina nada menos. Como odia volar, tenía planeado salir hasta las tantas la noche del domingo para pasarse la mayor parte de las 12 horas que dura el viaje durmiendo.
Una hora antes de que saliera su vuelo le llamé al móvil.
- "Tía, qué desastre" me dice.
- "¿Desfasaste mucho anoche?"
- "Terminamos a las 7 de la mañana en un garito infecto con una vedette cuarentona medio en bolas en el escenario lanzando barbaridades a los parroquianos, cuya media de edad era, más o menos, 60 años."
- "No me lo puedo creer"
- "Y lo peor de todo es que tengo un resacón que te cagas. Me espera un viaje..."
4 comentarios:
Bueno, cuando te vayas tú de vacaciones los demás serán los que se mueran de envidia.
Eh, dile a Charlie que te de la dirección EXACTA del garito infecto...
Lo intenté, Johan, te juro que se lo pregunté, pero se hizo el loco y me cambió de tema.
Ese tipo de bares hay que conocerlos... Nunca sabes cuándo vas a acabar en ellos.
Torturalo hasta que te de la dirección!.
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